miércoles, 5 de marzo de 2014

La estructura de la primera sesión de la primera terapia

Un objetivo importante para el terapeuta cognitivo es lograr que el proceso de la terapia sea comprensible tanto para él como para el paciente, el uso de un formato estándar facilita estos objetivos. Muchos terapeutas, que al comienzo se sienten incómodos en una sesión estrictamente estructurada, más tarde advierten que ese proceso se convierte gradualmente en una segunda naturaleza, en especial por los resultados que consiguen.
Los elementos básicos de una sesión de terapia cognitiva son una breve actualización, una conexión con la sesión anterior, la formulación de un plan, la revisión de las tareas para el hogar, el abordaje de uno o varios problemas, una síntesis.

Objetivos y estructura de la sesión inicial
Antes de la primera sesión, el terapeuta revisa los resultados de la evaluación que hizo del paciente durante la admisión.
Ø  Objetivos del terapeuta inicial:

§  Crear confianza y rapport
§  Iniciar al paciente en la terapia cognitiva
§  Instruir al paciente respecto de su trastorno, del modelo cognitivo y del proceso de la terapia
§  Normalizar las dificultades del paciente e inculcarle esperanza
§  Averiguar las expectativas respecto de la terapia
§  Recabar información adicional acerca de las dificultades del paciente
§  Utilizar esta información para desarrollar una lista de objetivos.


Ø  Estructura recomendable para la primera sesión:

§  Establecer un plan (y explicitar las razones para hacerlo).
§  Controlar el estado de ánimo, utilizando puntajes objetivos.
§  Revisar el problema que se presenta y efectuar una actualización del estado en que se encuentra (desde la evaluación).
§  Identificar problemas y establecer objetivos.
§  Instruir al paciente acerca del modelo cognitivo
§  Averiguar las expectativas del paciente respecto de la terapia
§  Instruir al paciente respecto de su trastorno
§  Fijar tareas para el hogar
§  Hacer una síntesis
§  Lograr retroalimentación por parte del paciente

Establecer un plan
Lo ideal es que se establezca en forma rápida y precisa. La explicación del funcionamiento hace más comprensible el proceso de la terapia para el paciente y lo insta a atener una participación activa de una manera estructurada y productiva.
La mayor parte de los pacientes aprende con facilidad a colaborar con un plan.

Control del estado de ánimo
Una vez establecido el plan para la primera sesión, el terapeuta realiza un brece control del estado de ánimo. Además del informe subjetivo de la semana, se pueden utilizar algunos cuestionarios objetivos, tales como el Inventario de Depresión de Beck, el Inventario de Ansiedad de Beck y la Escala de Desesperanza de Beck.
Si no se dispone de pruebas objetivas, el terapeuta puede dedicar algún tiempo de la primera sesiona enseñar al paciente a proporcionar un puntaje de su estado de ánimo en una escala del 1 al 100.

Revisión de la presentación, identificación de problemas y establecimiento de objetivos
El terapeuta revisa brevemente el problema del paciente. Le solicita que lo ponga al día y luego, centra su atención en los problemas específicos que lo aquejan. Como consecuencia lógica, la ayuda a convertir estos problemas en objetivos de trabajo de la terapia. El terapeuta también guía al paciente para que especifique un objetivo global en términos de comportamiento. Finalmente, antes de seguir adelante, resume lo que han conversado.

Instruir al paciente cerca del modelo cognitivo
Uno de los principales objetivos de la terapia es enseñar al paciente a convertirse en su propio terapeuta cognitivo. El terapeuta averigua lo que el paciente ya sabe acerca de este tipo de terapia. El terapeuta explica, ilustra y registra el modelo cognitivo empleando ejemplos de la propia paciente. Trata de limitar sus explicaciones a un par de oraciones por vez y le pide a la paciente que exponga son sus propias palabras lo que él ha dicho, para controlar su comprensión.
El terapeuta indaga acerca de los pensamientos automáticos que se producen en forma de imágenes visuales. Los pacientes suelen tener más dificultades para identificar esta clase de pensamientos visuales y muchas veces no son capaces de dar ejemplos.
El terapeuta instruye a la paciente para que advierta que los pensamientos automáticos pueden aparecer en diferentes formas y hasta en diferentes modalidades, aumentando la probabilidad de que tome conciencia más rápidamente de sus pensamientos automáticos, en cualquier forma que aparezcan.

Las expectativas acerca de la terapia
Es bueno que en la primera sesión el terapeuta brinde al paciente una idea general del tiempo que deberán estar en terapia. La mayoría de los pacientes progresa satisfactoriamente con una sesión semanal, excepto los que están muy deprimidos o angustiados. Hacia el final de la terapia, las sesiones se pueden espaciar gradualmente, para dar a los pacientes más oportunidades de resolver problemas.

Instruir al paciente de su trastorno
La mayoría de los pacientes quieren conocer su diagnostico general, asegurarse que no están locos, saber que su terapeuta ha ayudado antes a otros pacientes semejantes a ellos y que no los considera extraños. Es preferible decir algo más general y sin muchos términos técnicos.

Fin de la sesión y asignación de tareas para el hogar
El terapeuta busca asegurarse de que las tareas para el hogar resulten exitosas. Si siente que es posible que el paciente no realice alguna parte de las tareas, ofrece eliminarla.
El paciente y el terapeuta también pueden realizar un ejercicio de “tormenta de ideas” para encontrar un término más aceptable, tal como actividades de “autoayuda”.
El objetivo es llevar al paciente a retomar actividades en las que antes había alcanzado logros o placer.

Retroalimentación
El elemento final de cada sesión de terapia es la retroalimentación. Pedirles retroalimentación fortalece  el rapport, ya que, con esa acción demuestran interés por lo que el paciente siente.
Preguntarle al paciente si alguna cosa lo hizo sentirse incomodo es una manera de permitirle expresar y controlar sus conclusiones. Aquí el terapeuta se da cuenta de que es necesario fortalece la alianza terapéutica.

La flexibilidad del terapeuta con las tareas de ayuda al paciente a examinar nuevamente sus percepciones erróneas respecto de la terapia cognitiva.

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