Las técnicas tienen por objeto influir sobre el
pensamiento, el comportamiento y el estado de ánimo del paciente.
Entre ellas se cuentan la resolución de problemas,
la toma de decisiones, los experimentos conductuales, el control y la
programación de actividades, la distracción y la focalización de la intención,
las técnicas de relajación, las tarjetas de apoyo, la exposición gradual, la
dramatización, la técnica del “pastel”, las comparaciones funcionales de uno
mismo y las afirmaciones personales.
Las técnicas tienen por objeto influir sobre el
pensamiento, el comportamiento y el estado de ánimo del paciente.
Entre ellas se cuentan la resolución de problemas,
la toma de decisiones, los experimentos conductuales, el control y la
programación de actividades, la distracción y la focalización de la intención,
las técnicas de relajación, las tarjetas de apoyo, la exposición gradual, la
dramatización, la técnica del “pastel”, las comparaciones funcionales de uno
mismo y las afirmaciones personales.
Revisión del cuadro de actividades
El terapeuta y el paciente revisan juntos el cuadro
de actividades, buscando modelos de funcionamiento y extrayendo conclusiones.
Evaluar los estados de ánimo utilizando el cuadro de actividades
A algunos pacientes les resulta útil usar el cuadro
de actividades para investigar la aparición de algún estado de ánimo
específico.
Quienes padecen de cambios súbitos en sus estados de
ánimo pueden beneficiarse enumerando actividades y consignando el estado de
ánimo predominando que acompañó cada actividad.
Programar actividades
El mismo cuadro se puede utilizar para programar
actividades. En lugar de controlar las que realizará durante la semana, el
paciente planifica y escribe las actividades para la semana siguiente,
incluyendo algunas muy placenteras, tareas para realizar, eventos sociales,
tareas de la terapia, actividad física u otras que eran evitadas anteriormente.
Distracción y refocalización
Es mejor que el paciente evalúe el pensamiento
automático en el momento en que este se produce y que lo pueda modificar por sí
mismo.
Refocalizar la atención es particularmente útil en
aquellos casos en los cuales se necesita concentración para la tarea que se
está llevando a cabo, para continuar una conversación o para conducir.
El terapeuta enseña al paciente a concentrarse en la
tarea inmediata, prestando atención deliberadamente al informe que está
escribiendo, a lo que está diciendo su interlocutor o a la ruta que tiene por
delante.
Relajación:
Algunos pacientes que se benefician con las técnicas
de relajación.
Los ejercicios se deben enseñar y practicar en la
sesión, porque allí se pueden resolver problemas y se puede evaluar su
eficacia.
El terapeuta también debe tener en conocimiento que
algunos pacientes experimentan un efecto paradojal de exacerbación a partir de
los ejercicios de relajación, que los hace sentirse aún más tensos y
angustiados.
Tarjetas de apoyo:
Estas son habitualmente fichas de ocho centímetros
por doce, que el paciente tiene a mano en la gaveta del escritorio, el
bolsillo, o el monedero o pegadas en el espejo del baño, el refrigerador o la
guantera del auto.
Se le alienta a que las lea continuamente,
aproximadamente unas tres veces al día, y además cuando crea que lo necesite.
Exposición gradual:
Cuando los pacientes se dan cuenta de lo lejos que
están de un objetivo, se sienten abrumados y no se pueden concentrar en la
etapa que están atravesando.
El terapeuta generalmente sugiere comenzar con una
actividad asociada a un estado de angustia leve a moderado y practicarla
diariamente o varias veces al día, hasta que la angustia haya disminuido de
manera significativa.
Dramatizaciones:
Pueden utilizarse con muchas finalidades diferentes.
Pueden estar destinadas a descubrir pensamientos automáticos, las que tienen
como finalidad el desarrollo de una respuesta racional y las que sirven para
modificar creencias centrales e intermedias.
Algunos pacientes tienen habilidades sociales
deficientes o sólo saben desempeñarse en un estilo de comunicación, pero
carecen de la capacidad para adaptarse a otros estilos cuando es necesario.
Uso de la técnica del “pastel”:
En ocasiones es útil para los pacientes ver sus
ideas expresadas en forma de gráfico. Un cuadro en forma de pastel se puede
usar de muchas maneras, por ejemplo, para ayudar al paciente a establecer
objetivos o a determinar responsabilidades relativas en una situación.
Establecer objetivos
Cuando un paciente tiene dificultades para
especificar sus problemas y los cambios que desea hacer en su vida o cuando no
tiene conciencia de lo desequilibrada que es su existencia, se puede beneficiar
con una representación gráfica de su uso real del tiempo versus el uso ideal
que se plantea.
Análisis de la contribución de diversos factores sobre los
resultados negativos
El uso de los gráficos de pastel, también puede
permitir a un paciente gráficamente las posibles causas de un determinado
resultado.
Comparaciones funcionales del yo y
listados de afirmaciones personales
Los pacientes con trastornos psiquiátricos tienden a
procesar la información negativamente, en especial cuando se trata de
evaluaciones de sí mismos. Tienen una inclinación a captar los datos negativos
y a dejar de lado, desvalorizar o hasta olvidar las informaciones positivas.
Modificar la comparación con uno mismo
El terapeuta debe ayudar al paciente a darse cuenta
de que su atención negativa selectiva y las comparaciones que ella establece
son disfuncionales. Después es enseñarle a formular comparaciones más funcionales
de ella misma en su peor momento, y a mantener una afirmación personal.
Listado de afirmaciones personales:
Las afirmaciones personales son simples listas
diarias de las cosas positivas que el paciente está haciendo o ítems por los
cuales se merece crédito.
Completar un listado de afirmaciones personales al
comienzo de la terapia también ayuda a los pacientes a prepararse para la tarea
posterior de encontrar los datos positivos para el Formulario de Creencias
Centrales.
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